Elegir un papel reciclado 100% postconsumo y libre de cloro, un sistema de iluminación más eficiente, material de oficina reciclado, un ordenador que consuma muy poca energía, una mesa de madera certificada o un producto de limpieza sin tóxicos. A todo eso ayuda la compra verde pública, impulsando desde las grandes compras un mercado con menos impactos en el medio ambiente y la salud.
El volumen de compra y contratación pública representa el 16% del Producto Interior Europeo (al menos antes de la crisis). Imagina el poder de cambio si todas las administraciones y empresas públicas consiguieran que todos esos proveedores públicos tengan que ofrecer productos y servicios “ambientalizados” y más sostenibles. Y el poder ejemplificador y tractor para el resto de la sociedad que eso puede suponer. Esa es la idea y, a pesar del recorrido que ya tiene la compra verde, el amplio camino innovador que le queda por recorrer y desarrollarse plenamente nos hace incluirla aquí.
Como opción de responsabilidad social empresarial, grandes, pequeñas y medianas empresas, comercios y autónomos y todo tipo de organizaciones de diferentes tamaños como fundaciones y asociaciones, pueden optar también por exigir productos y servicios ambiental y socialmente más responsables y con menos impacto negativo en la salud y el medio ambiente a sus proveedores a través de sus políticas y prácticas de compras.
En la elección del mejor producto o servicio desde el punto de vista ambiental una herramienta clave es la información aportada por el análisis de ciclo de vida (ver infografía), que investiga y evalúa los impactos ambientales de un producto o servicio durante todas las etapas de su existencia. Lo que se ha considerado el proceso “de la cuna a la tumba”; ahora se va más allá y se habla “de la cuna a la cuna”, considerando el cierre del ciclo completo. El ecodiseño o diseño ecológico de los productos resulta clave en todo este proceso. Esta información y la garantía de cumplimiento de esos criterios se refleja a través del etiquetado ecológico, mediante diferentes ecoetiquetas, que son sistemas voluntarios de calificación ambiental que certifican que ciertos productos o servicios tienen una menor afección sobre el medio ambiente.
Los beneficios de la compra verde:
- Ahorro económico: los productos, procesos y servicios eficientes permiten el ahorro de energía y agua y por lo tanto de las correspondientes facturas en electricidad, climatización, calefacción, energía, etc.
- Permite conseguir objetivos ambientales y de salud en el ámbito local al mejorar la calidad del aire o la movilidad en las ciudades.
- Favorece conseguir objetivos sociales de igualdad, inclusión, etc.
- Favorece la innovación en el ámbito local, ya que permite a proveedores locales fomentar prácticas innovadoras que les supongan una ventaja competitiva en el ámbito regional, nacional e internacional.
- Mejora la imagen pública de los organismos promotores, que ganan en legitimidad.
- Es ejemplarizante para el sector privado e influye en el mercado ya que aquel ve que se pueden conseguir objetivos y resultados concretos.
Los barreras de la compra verde:
- Al ser mayores las inversiones iniciales, algunos beneficios de la compra verde no pueden ser expresados en términos monetarios. El compromiso político es necesario para defenderlos a largo plazo y visualizar los beneficios no-financieros de aquélla.
- Falta de conocimiento sobre el medio ambiente y cómo desarrollar criterios ambientales, superable mediante el uso de normas de las ecoetiquetas.
- Falta de apoyo a la gestión. Desde algunos estamentos de la administración o las empresas no se apoya toda la cadena de la compra verde.
- Falta de herramientas prácticas para su aplicación.
- Dificultad para encontrar proveedores capaces de suministrar los bienes y servicios necesarios.
- Dilución de las políticas. Incluso en un compromiso a alto nivel administrativo puede diluirse una vez que llega a los departamentos de compras.
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